Interesante!!!

viernes, 23 de noviembre de 2007

***Lectura hermenéutica de “los inocentes” de Oswaldo Reynoso—(HERMENEÚTICA FENOMENOLÓGICA, TEORÍA ÉTICA DE LA LITERATURA)

Alumno: Jorge Alejandro Vargas Prado.
Curso: Teoría literaria V, profesora: Rosa Núñez Pacheco, cuarto año de Literatura. UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN AGUSTÍN-AREQUIPA, PERÚ.
Año: 2007


Licencias para una metáfora previa:

Imaginemos que tu madre es una puta.
Y no es sólo puta sino que también es fea, le falta un diente, huele mal y suele armar escándalos constantes después de sus borracheras.
Tú, sin embargo, la amas.
Estás conciente a plenitud de sus defectos, esos defectos te hieren aunque es de tu preferencia pensar en lo bueno de tu madre. Hace buenas bromas, es original pero poco atinada en su vestir, lee libros valiosos y te los comenta, su conversación es ingeniosa y tiene los mejores sentimientos hacia contigo.
Consideras que eres destacado, inteligente y que todo lo bueno en ti, de alguna forma, es a causa de tu madre.
De pronto recuerdas la edad en la que fuiste conciente de que tu madre era buena, en contra de lo que el mundo entero te decía; recuerdas cuando descubriste que podías hacer que la vida de tu madre, y en consecuencia la tuya, sea mejor (no solucionarla, sólo hacerla mejor); recuerdas cuando te propusiste con todas tus fuerzas hacerle aquel bien al mundo.
Estás en buen camino pero te cruzas con alguien que día a día te recuerda que tu madre es puta (lo sabes, te hiere pero persistes), que a tu madre le falta un diente (lo sabes, te hiere, comienzas a incomodarte), que huele mal (¡lo sabes! ¿y?, aún sigues creyendo en lo buena que es tu madre), día a día te cuenta el nuevo escándalo que despertó al barrio entero.
Y sin embargo esa persona no te comenta, porque no lo sabe o porque no quiere saberlo o simplemente porque es un necio improductivo, la inteligente crítica que tu madre le hizo al programa de Jaime Bayli en medio del callejón, o cuando tu madre salió con unos palos para defender a una muchacha que era asaltada en la calle, o cuando tu madre recogió a un viejo mendigo que moría para ayudarle a pasar mejor sus últimos momentos en este mundo.
Te cansas.

Yo me he cansado.


Quiero demostrar aquí, cómo Los Inocentes de Oswaldo Reynoso estando sometidos a una madre (sociedad-ciudad-país) déspota, odiosa, sucia; nunca son derrotados; cómo, pese a su juventud, son capaces de enfrentar al mundo (los adultos) y, por medio de la voluntad, intentan vivir una vida intensísima hasta las últimas consecuencias.


LOS INOCENTES:

Cara de ángel:

Cara de ángel es bello, gran contrasentido para él: su belleza es miel para abejorros mayores (adultos) y sedientos de su carne que lo persiguen para, a cambio de favores económicos, ser poseídos por él; sin embargo, él revierte la escena y juguetea con ellos, juega con su belleza pero rechaza el acto en sí. La relación con su madre soltera es ineficiente y nada productiva: metáfora exacta a la relación de los muchachos con su mismo contexto, con su país, con su sociedad que desconfía siempre de sus logros (“…mi vieja cree que ya estoy con uno de esos y, sin averiguar nada, me pega. Hoy me ha pegado. No me quiere”), su madre lo desprecia, le gruñe, le golpea pero no lo derrota; pese a su problemática familiar Cara de ángel lucha, principalmente, por dos objetivos: ser un hombre de verdad (lo que se traduce en “valiente” y luego en “dispuesto a llegar hasta las últimas consecuencias de una vida intensa”. Cara de ángel vive dispuesto a crear su propio mito, un mito que lo ayude a vivir con intensidad y reconocimiento —felicidad—, su voluntad es potente y busca ser productiva, no condena su futuro por la desgracia que le tocó vivir en un momento) y tocarle las piernas a Gilda, lo que al final completa su deseo: amar, término un poco distorsionado del estereotipo, amar significa aquí intimar físicamente, idealizar lo real de la persona, su aspecto biológico, sus olores —agradables o, lo que es mejor, desagradables—; con respecto a ello se nos presenta fuerte la imagen de Colorete, él representa con exactitud la postura de la sociedad (del país) respecto a Cara de ángel: lo abusa, lo intimida, siempre terminan golpeándose pero Cara de ángel no cede, lo quiere, lo acepta y lo entiende (“Cuando se dio cuenta que lo miraba, se avergonzó. Quise darle la mano y decirle: “Te comprendo”…), produciendo con ello, de alguna manera, el crecimiento de ambos. Es claro: Colorete ama, amor conciente de lo biológico”, a Cara de ángel.

El Príncipe:

El Príncipe tiene el sendero de su vida marcado por su apodo, cedido por el homosexual que dirige la peluquería: Manos voladoras (“…tú tienes toda la facha de un Príncipe… No hay necesidad de ver príncipes de verdad para imaginarse cómo son”). Tenemos aquí algo resaltante, pese a manejar todos ciertos códigos machistas, el homosexual no es discriminado ni atentado en ninguna forma; el trato constante ha hecho de “esas personas” productivamente tolerantes.
Después de su aparición en los periódicos la mayoría joven lo admira, Manos voladoras reflexiona acerca de la honestidad de los adjetivos en la manera de vivir (“…ser roc no sólo es usar bluyins y camisa roja: eso, es cáscara. Ser roc significa, significa… bueno, por ejemplo, hacer lo que ha hecho el Príncipe”), considera, independientemente del carácter positivo o negativo del término, que no basta con ser llamado como algo, sino que se tiene que ser ese algo viviendo hasta las últimas consecuencias. Para Manos voladoras aquello es primordial y hermoso, en cambio para don Lucho, dueño de La Estrella y amigo del papá del Príncipe, es inaudito y dañino. Nos enfrentamos en este punto a una dialéctica: para los jóvenes la actitud del Príncipe es admirable, sin importar las consecuencias negativas, por la sinceridad de sus actos (lo que luego desemboca en la efervescencia de los demás muchachos para probar que el mundo ya los ha reconocido de manera extraordinaria, voluntad de construir mitos); en cambio para los adultos, don Lucho y el auxiliar López, aquello resulta penoso. En el caso de don Lucho la solidarización con el papá del Príncipe surge más por una cooperación coetánea que por alguna cuestión de sinceridad. Con respecto al auxiliar López, su torpeza y estupidez construyen en el Príncipe el rechazo a una generación de la que no es parte (y la cual está en su contra, es atacado por ella: “Lloro, lloro inconsolablemente. Todo está perdido, estoy solo, solo y tengo ganas de morirme”, pero que al final nunca logra derrotarlo: “Ya no recuerda que ha despertado llorando”), la rechaza y la enfrenta por medio de la voluntad para hacer realidad su mito: “¡Y cómo, en la Ciudad de los Reyes, un Príncipe sin auto y sin plata!: la hueva, compadre.”

Carambola:

Carambola maneja su identidad con respecto a Choro Plantado, que representa un indeseable de la sociedad que los contiene y que además fue quien lo bautizó, sin embargo Carambola desea ser como él. Una esfera mística (mítica) envuelve el relato desde que se plantea el primer enigma “él, sólo juega para liberarse”. Pese a ser un ex convicto por el asesinato de su mujer “él es bien derecho, juega sin trampas y castiga a los torcidos”. Una sociedad lo ha castigado, lo ha herido pero ya fuera de la cárcel parece haber fortalecido su moral. Carambola se siente excluido por sus padres “Yo no soy mocoso y nadies me importa y… además, a nadies le importo en mi casa” y busca un nuevo refugio en Choro Plantado quien, tras una oleada de sinceridad, reflexiona de manera positiva y productiva de la vida, incitando en Carambola la voluntad de vivir una vida intensa hasta sus últimas consecuencias, disfrutando, teniendo pasión: “Yo sé que tú quieres ser el trome del billar; pero, para eso, no sólo basta saber manejar el taco. Hay que tener pasión por el juego. Por la vida, Carambola.” Luego, Carambola descubre que Choro Plantado juega para liberarse del peso que la vida deja en el corazón de la gente golpeada, él ha sido golpeado, humillado por la sociedad pero su visión positiva de la vida no cambia; se siente aceptado nuevamente al salir, nadie lo cuestiona ni se interesan en señalarlo, quiere a la gente de su sociedad: “…porque aquí todos son buenos… Y ahí vamos, Carambola, jalando, tirando pa’delante…”.
Por último Carambola rechaza a ciegas el único concepto pesimista que Choro Plantado menciona, ninguna mujer es buena; Carambola aún no ha experimentado en la materia como para tener una conclusión pero prefiere creer, prefiere ser optimista y Choro Plantado, aún sabiendo la verdad, prefiere mantener el mito.

Colorete:

Colorete persigue los mismos objetivos de Cara de ángel: quiere ser adulto (lo que significa ser valiente. Su situación resulta más traumática que la del muchacho hermoso pues su “cobardía” se relaciona directamente a entablar relaciones con el sexo opuesto y no con los demás varones, cosa contraria en Cara de ángel. En un primer momento, se nos presenta como el líder del grupo, al que todos admiran o al menos respetan; pero los papeles se revierten: en su situación desencantada él es capaz de estetizar su tristeza sin razón por medio de guarachas, cosa rara pues sus amigos y las personas en general suelen alegrarse con guarachas, él termina deseando ser como sus amigos ) y desea el amor de una muchacha: Juanita, nuevamente la idea de un amor poco estereotipado regresa con fuerza: “Me apretaré a tu cuerpo. Te oleré de cerca” y en la visita a la playa, al olfatear sus ropas: “tenía un olor suave, húmedo”. Colorete persiste en sus ilusiones, aunque está casi seguro de que Juanita ya no es la pequeña de quince años que supone le envió el colorete en una carta anónima. Persiste y lucha por ellas hasta el final. De alguna manera el término del cuento nos deja una interpretación por abrir: Juanita desprecia a Colorete (encuentro para el cual Colorete se había preparado durante todo el cuento y que requiere la derrota de muchísimos de sus miedos e inseguridades) y se va con un muchacho con más prestigio debido a su carrera universitaria; nunca sabemos la reacción de Colorete aunque teniendo en cuenta todas las pistas recogidas a lo largo del libro propongo una derrota dolorosa pero (de alguna manera, en la “cáscara” al menos) fácilmente superada. Una derrota que lo impulsará con nuevos bríos a buscar un rumbo mejor.

Rosquita:

Por último, el Rosquita, el más niño de todos. Su llanto incontrolable lo delata pero él quiere ser a toda costa un adulto que va a lugares prohibidos, a cantinas (en lo que él engloba la libertad), llama a los muchachos que suelen golpearlo como “torcidos” y es justamente por ello que la tristeza lo invade, en su conciencia está que su edad convive con la perdición, que sus amigos tal vez están tomando un rumbo que él considera peligroso, de ahí su posición evolutiva: él desea con fuerza ser adulto pero no un adulto como con los que convive, sino un adulto pleno, libre: recto.


A modo de conclusión

Ninguno es derrotado. Tal vez resultan heridos pero se recomponen de inmediato y con más fuerza, para demostrarle al mundo su ineptitud (mayoritariamente representada por adultos), los inocentes mantienen sus esperanzas y sueños. No se resignan, no se abandonan ellos mismos ante el abandono de su madre (familia-sociedad-país), sino caminan, corren entusiasmados tras su propio mito, mitos que suelen ser exasperantemente sinceros, para alcanzar lo que aman: una mujer, representación del amor real-biológico-conciente, y una adultez diferente de la que ven, para sacarle la vuelta a su destino, para hacer de sus vidas nuevas un sincero y hermoso espectáculo en el cielo.

Bibliografía:

-REYNOSO, OSWALDO. Los Inocentes. Editorial San Marcos. Lima-Perú, (edición del 2002).
-MATURO, GRACIELA. La razón ardiente. Editorial Biblios. Buenos Aires-Argentina, 2004.

***Qué deseo para ti, dulce pesimista. Eminescu y el romanticismo—(ROMANTICISMO).

Alumno: Jorge Alejandro Vargas Prado.
Curso: Literatura Europea I, profesor: Goyo Torres Santillana, cuarto año de Literatura. UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN AGUSTÍN-AREQUIPA, PERÚ.
Año: 2007


Y si las nubes se borran
para que brille la luna,
es para que yo me acuerde
constantemente de ti.
Mihai Eminescu.

Yo vengo del país del verano,
una patria frágil
a la que una hoja, al caer,
podría extinguirla,
donde el cielo está tan cargado de estrellas
que se inclina, a veces, hasta el suelo
y si te acercas oyes como la hierba
hace cosquillas a las estrellas que ríen,
y hay tantas flores
que te duelen los ojos…
Ana Blandiana



Romanticisismo.
A su mente han acudido innumerables imágenes relacionadas al término que antecede.

Es increíble la masificación que ha sufrido toda una ideología a raíz del uso de una simple palabra pero, cada vez que nos referimos a algo “romántico” ¿cuenta nuestro fenómeno cognitivo en los cabales históricos y de la verdad?
Con este trabajo pienso exponer de manera sencilla, entretenida y romántica lo que en verdad significa, el concepto justo para la gente especializada, el romanticisismo a través de la vida del más conocido poeta rumano Mihai Eminescu.

Quizás el futuro y la voluntad, término schopenhauriano que luego veremos con más detenimiento, en la vida de Mihai Eminescu[1] hayan sido indeleblemente escritas por Iosif Vulcan, director de la revista Familia —y en la cual publicó uno de sus primeros poemas: De-aş avea— quien fue el principal promotor del cambio de nombre de nuestro autor. En busca de una real afirmación de la nueva identidad nacional se cambió el sufijo eslavo –ici de Eminovici (se pronuncia Eminovich) por Eminescu una forma mucho más fuerte y rumana; y es que hacía solamente cinco años, en 1861, que Moldavia y Valaquia se unían para formar el principado autónomo de Rumanía.
Por ello quizás que Eminescu con sólo dieciséis años viaja a través de las regiones de su país con más habitantes rumanos con la intensión clara de conocer a profundidad y por mérito propio sus variantes culturales, dialectales además de sus problemas y este es un rasgo fundamentalmente romántico.
El romanticismo —movimiento que surge entre Alemania e Inglaterra en el siglo XIX en reacción a las formas estereotipadas, rígidas y disciplinadas del Neoclacisimo— es eminentemente nacionalista y patriótico por el humor cargado que había dejado Napoleón en toda Europa al extender una cultura francesa de carácter clásico y universalista, que atentaba en contra de todo individualismo y libertad.
Existen otros acontecimientos que refuerzan nuestra historia por ejemplo, Eminescu formó parte de diversos círculos de jóvenes en común búsqueda de objetivos: luego de ingresar a la universidad de Viena como alumno libre forma “Romania Juna” o Rumanía Joven —no olvidemos acá el concepto de juventud que perseguirá Eminescu, los héroes de las novelas de los jóvenes románticos eran jóvenes, todos morían jóvenes. Juventud y romanticismo son casi un sinónimo—. Propone luego una teoría para el desarrollo económico del “nuevo estado” rumano, tomando en cuenta la identidad cultural. Así mismo funda el círculo literario “Orientul” o El oriente, destinado a recopilar por toda Rumanía cuentos, poesías populares y documentos literarios e históricos. Más adelante, ya más asentado en su país, será parte de “Juminea” o Juventud creando la revista “Convorbiri literare” o Conversaciones literarias donde tendrá una profusa participación poética. Participó activamente en la redacción del diario oficial del Partido Conservador “Timpul” o El tiempo donde se le conocerá como estupendo periodista.
Por todo ello Eminescu es considerado como el símbolo principal de la poesía rumana, pues es el escritor rumano más conocido y traducido en el mundo entero, pese a que el tema constante —al menos en la primera parte de su obra— haya tenido una preocupación netamente nacional y nunca haya dejado de utilizar la lengua rumana logró trasgredir las fronteras de un idioma que no se suele considerar a la altura de otros en Europa. Además se piensa en su obra como síntesis de las principales culturas del territorio rumano: Tracia, Dacia y Latina, no sólo por su ferviente amor a la patria sino por el esfuerzo teórico con el que consigue una síntesis equilibrada y hermosa de los dialectos de su país; como dice Nicolae Iorga “es el creador del idioma rumano moderno”.
Se considera que son justamente estos, sus primeros poemas, los mejores por ese espíritu fresco y lleno de ansias por un futuro mejor y hermoso para su patria; entre ellos destacan: “A la tumba de Aron Pumnul” “A Bucovina”, donde se muestra pasajes románticos de su país, así como el carácter fuerte de su pueblo.
Por ejemplo, en el caso concreto de “Qué deseo para ti, dulce Rumanía” se observa un lenguaje rudo y violento, de guerra, con el que se quiere demostrar la fortaleza de la gente rumana y la sólida visión de futuro que se propone tomar; además la intención de autorreconocimiento tiene las bases en el conocimiento que primero el mundo debe tener de ellos para luego poder ellos mismos reconocerse como el nuevo pueblo rumano.

Otra característica cardinal en el romanticismo es la importancia de la naturaleza.
Eminescu es un amante de la naturaleza. Naturaleza e infancia están en él y en su obra íntimamente ligados[2] pues siempre se recurre a la imagen del bosque que circundaba su aldea natal, en Eminescu se entiende a la naturaleza, al campo como un refugio de amores y se propone la imagen del propio campesino como un paradigma de virtud; por ejemplo en el poema “Revedere” o Reencuentro, Eminescu conflictúa dialécticamente a dos realidades: la aparente eternidad y enormidad de la naturaleza frente a la triste errancia de la vida de un hombre efímero.
Se empalma aquí el escepticismo con respecto a la humanidad, Eminescu está convencido de que jamás el pequeño y momentáneo hombre será capaz de dominar a la gigantesca y poderosa naturaleza[3], una imagen cómica que nos invita a pensar en el siguiente estadio de las reflexiones de Eminescu: su acercamiento a Schopenhauer.

Eminescu lo descubre justamente en su paso por Alemania sobre una gran base de literatura occidental y algo de oriental asimilada en Viena.
Este último período de Eminescu resulta ser el más productivo, en la poesía de estos nuevos tiempos podemos recorrer unos caminos llenos de preocupaciones filosóficas que desembocan en las dificultades inherentes a la condición humana, todo esto ligado al concepto de “voluntad” como presencia perenne de un deseo nunca satisfecho lo que lleva al hombre a un incesante juego entre el dolor y el aburrimiento, cuya única solución se encuentra en la degradación inteligente que hace el cerebro hasta la negación conciente de las ganas de vivir. El poema La esperanza, pese a ser escrito aún antes de que Eminescu sea influenciado por Schopenhauer, nos dibuja muy claramente este panorama.
Eminescu siente una terrible identificación y simpatía por las víctimas de la opresión pero también siente una creciente desilusión sobre su incapacidad de superar su propia condición de oprimidos sociales y políticos.
Acá es interesante que hagamos una pausa: otra característica importantísima del romanticismo es el constante desencanto con el que se enfrentan los románticos pues al buscar ellos objetivos en extremo idealistas se enfrentan a lo asquerosamente materialista de la sociedad —tensión post-romántica entre lo real e ideal muy característica en Eminescu— por ello solían evadir la realidad mediante la evasión del tiempo y es por ello justamente su veneración al pasado.
No es raro entonces que los sentimientos de tristeza, de soledad, de sombra, que los lugares lúgubres predominen en ellos, esto coincide perfectamente con el hecho de que la mayoría de románticos morían jóvenes y el suicidio no era un camino particularmente extraño.
Otra de las ideas de Schopenhauer que Eminescu toma en repetidas veces es la del “genio”, concepto relacionado con lo solitario (idea romántica de superioridad) que en el caso del gran canto “Hyperion” se muestra como un espectro que busca el amor en tierras mundanas y ya no como un hombre.
Ahora, esta influencia no se ve del todo aceptada; Eminescu logra darle un giro al asunto demostrando gran originalidad; el escepticismo nunca es completo en él.
El amor que le tiene al prójimo, como muestra irrefutable de superioridad intelectual, no tiene límites todo esto debido al amor inmenso a su patria como conjunto de personas que admira.

Entre 1869-1874, es decir cuando tenía entre diecinueve y veinticuatro años ocurrió la etapa más bohemia —debemos relacionar este concepto también con romanticismo desde dos puntos: uno, como ruptura de las reglas y de las imposiciones, como búsqueda auténtica de la libertad y dos: como método de autodestrucción vinculado con el concepto de pesimismo para con la realidad, esta también era una causa constante de muerte, la intensidad con que se vivía— de su vida, llena de amoríos pero marcada principalmente por Verónica Micle quien inspirará gran parte de sus poesías amorosas y cuyo amor nunca se concretizó viviendo juntos pese a que ella correspondía el romance. Un poema que nos puede ayudar a entender esta parte podría ser “Tan fresca”, la imagen completamente idealizada de la mujer aparece aquí, comienza el poema listando una serie de metáforas bastante relacionadas con el concepto romántico de mujer: bella como en un sueño, la muchacha se muestra como un ángel, como una flor, ligerísima aunque de mármol; pero aquí hay un detenimiento trágico: su sonrisa. El yo poético se da cuenta de que sin mediar causa aparente la mujer tiene que partir y él se culpa por tan sólo verla. La imagen de la mujer entonces queda desecha, Eminescu ama a la mujer pero Schopenhauer ya le había dirigido en los caminos de la mujer como símbolo.

Existen dos versiones del decaimiento de su salud: la primera es que se volvió algo loco a causa de la sífilis y que fue tratado con inyecciones de mercurio y la otra opina que fue víctima de una conspiración política de todos los denunciados en su periódico y de los detractores de su función para liberar a Transilvania de la ocupación astro-húngara para así unir a todos los rumanos en un solo estado[4].
Supongo que debemos ser nosotros quienes decidamos como queremos ver muerto a nuestro héroe romántico.

Pues bien como conclusión mediante la vida y obra de Eminescu se muestran las principales características del romanticismo:
El nacionalismo o patriotismo exacerbado que lo llevó a formar diversos círculos para la búsqueda de una verdadera identidad nacional que no sólo refleje aquel sentir actual del pueblo rumano sino que también englobe de manera justa y hermosa todas las variantes culturales y dialectales de los diversos pueblos de la joven Rumanía, la aceptación e identificación fueron masivas.
La importancia de la naturaleza por medio de imágenes exóticas y gigantescas en Eminescu también son vitales en su obra; como hemos dicho los conceptos naturales en nuestro autor están ligadas a la infancia y a la vez en el tema que engloba su trabajo: la patria pues se relacionan por el recuerdo del bosque que circundaba su pueblo natal; además de servir de contenedor de las penas y punto de partida para el pesimismo con el ser humano.
El pesimismo y la obsesión con la muerte, debido a la influencia que recibe de Schopenhauer, son una constante en la segunda etapa de su obra pues debido a la eterna insatisfacción del ser humano no queda otra escapatoria que la muerte. Este sentimiento —el de tristeza, ansiedad, desespero— se concibe como una de las más importantes características del romanticismo, los románticos se sentían completamente frustrados con la realidad y huían muchas veces mediante la bohemia, como es su caso, para conocer otro tipo de realidad con ayuda de sustancias espirituosas y así perseguir otro de sus grandes objetivos: la libertad de las formas preconcebidas.

A todos nos gusta sentirnos románticos algunas veces.
Lo recuerdo cuando me embriago en el by-pass y atardece, cuando miles de autos pasan bajo mis pies y luego la luna cae.
Soy romántico como Eminescu cuando lucho desesperadamente por mi país, cuando lo amo con desenfreno y locura, cuando me corto para ver lo hermosa que es mi sangre.
Esta noche, levantemos nuestros ojos a la luna y recordemos a Eminescu cuando decía:
Mira... a la luna, relumbran su rostro y rubios cabellos, mientras en sus ojos claros se juntan todos los cuentos.


Textos de consulta:

-http://www.estcomp.ro/eminescu/
-http://www.ua.es/es/novedades/comunicados/2000/visitaministrorumania/mihaieminescu.htm
-Enciclopedia Microsoft Encarta 2001. 1993-2000 Microsoft Corporation.
-Celinda Fournier y José González – Clásicos de la Literatura Universal (pp. 20-21)
-http://www.preferate.ro/referat-Romana-Mihai-Eminescu-si-Schopenhauer-23-6843.html
-http://es.wikipedia.org/wiki/Romanticismo
-http://es.wikipedia.org/wiki/Eminescu
-http://es.wikipedia.org/wiki/Schopenhauer
-http://www.e-scoala.ro/referate/romana_eminescu_poet.html
-http://www.enotes.com/nineteenth-century-criticism/eminescu-mihai-http://es.wikisource.org/wiki/Que_deseo_para_ti,_dulce_Rumanía
[1] Nace el 15 de enero de 1850 en Ipoteşti, Botosani; Moldavia. Su vida literaria comienza a los 16 años con la publicación de su poema La mormântul lui Aron Pumnul (A la tumba de Aron Pumnul) en Lăcrămioarele invăţăceilor gimnaziaşti (Lágrimas de los estudiantes del Instituto)


[2] Podríamos detenernos aquí para explicar mejor esta parte en “De los cuentos de Hadas” típico poema romántico, en primer lugar por el inquietante protagonismo de una niñita solitaria (la imagen del genio) ante la inmensidad y pureza de lo natural representado por un escenario tanto mágico como sombrío y tétrico donde sombras y telarañas enmarcan a un lago encantado. El ambiente es definitivamente oscuro y se refuerza por las imágenes de noche y sombra aunque, como es típico en Eminescu, la luz rompe entre las nubes y derrama pétalos.

[3] “Y si” es una pequeña joya literaria, en sus tres estrofas de cuatro versos se mezclan de manera emocionada y hermosa la simplicidad y la potencia de la palabra, nos damos cuenta de que no sólo la naturaleza se liga con la visión de infancia sino que también actúa como ente de recepción del (des)amor. Dentro de la naturaleza se guardan los odios, los anhelos, las penas y el amor, en esta poesía actúa como intermediaria de dos amantes que no se pueden ver. El yo poético intenta calmar el sufrimiento guardándolo en lo más interno pero también abre su pecho y comparte el dolor con la naturaleza como un contenedor mucho más grande, sabemos que el hombre y la naturaleza no pueden compararse pero en el poema vemos un intento de reconocimiento con la naturaleza que ayuda.

[4] Eminescu muere al fin el 15 de junio de 1889 a manos de otro paciente del sanatorio mental. Sólo tenía treinta y nueve años, edad joven que es el máximo y más claro indicio de que el destino hizo de él un real romántico.

***Análisis pragmático de la carta que escribió Rimbaud a Verlaine el 4 de julio de 1873—(PRAGMÁTICA).

Alumno: Jorge Alejandro Vargas Prado.
Curso: Teoría Literaria III, profesor: Goyo Torres Santillana, tercer año de Literatura. UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN AGUSTÍN-AREQUIPA, PERÚ.
Año: 2006

El texto que va Usted a leer tiene por objetivo realizar un análisis pragmático, un tanto intuitivo y no muy poco adolescente, de la carta más famosa que provino de la relación entre los poetas franceses Arthur Rimbaud y Paul Verlaine, el cuatro de julio de mil ochocientos setenta y tres.

Elegí este texto porque me parece moldeable, elástico y no muy peligroso. Lo consideraré en este caso como un discurso cualquiera fuera del papel (en el que se escribe). Otra ventaja es el hecho de que gracias a nuestra tradición tenemos el contexto casi preciso en el que se sucedió la carta, lo que ayudará a identificar de mejor manera y con mayor fidelidad los actos de habla presentes.

Rimbaud era un precoz y hermoso genio cuyo temperamento hervía y desencantaba; que cansado de una vida miserable en Charleville decide huir a Paris después de enviarle su poema “El Barco Ebrio” a Verlaine, que era ya un poeta consagrado y a quien admiraba. El actuar de Rimbaud era terrible y de inmediato fue un escándalo imperdonable en el círculo social de Verlaine. No tardó mucho tiempo para que Rimbaud huyera.
Después de que Verlaine lo encontrara muerto de hambre y mucho más descuidado que cuando llegó a su casa, lo mantuvo económicamente por un tiempo.
Su relación estuvo perfilada entre la degradación plena a la que mutuamente se sometían, al desprecio de la sociedad de aquel tiempo y al amor que Verlaine sintió por su mujer.
Rimbaud disfrutaba torturando a Verlaine; lo asustaba, lo amenazaba cruelmente y hasta le acuchilló las manos. Su romance desencadenó una tormenta infernal en la vida de ambos poetas, sin embargo nunca dejaron de escribir.

Londres nos da el primer marco de referencia para nuestro análisis pragmático.
Verlaine, vencido ya por el trato desconsiderado y crudelísimo de Rimbaud, escapa corriendo rumbo a un barco que zarpaba. Rimbaud, después de convencerse de que su amado no volvería nuevamente, salió en su búsqueda.
El puerto mismo no pudo contener su sorpresa. El barco se marchaba.
Alcanzó a distinguir a Verlaine en la cubierta.

Lo que sigue es desesperado y desgarrador:

Regresa, regresa, mi querido amigo, mi único amigo, regresa. Te juro que seré bueno. Si me he mostrado desagradable contigo, fue tan sólo una broma; me cegué y me arrepiento de ello más de lo que te puedes imaginar. Vuelve, porque cuando regreses todo estará totalmente olvidado. ¡Qué desgracia que hayas tomado en serio esta broma!
No paro de llorar hace dos días. Vuelve. Sé valiente, querido amigo. Nada está perdido todavía. Sólo tienes que emprender el viaje de vuelta. Viviremos aquí, nuevamente, valientemente, pacientemente.
Te lo suplico. Además es por tu bien. Vuelve, encontrarás aquí todas tus cosas. Espero que no tengas duda alguna ahora, de que no discutía en serio. Qué suceso y situación más desagradables.
¿Por qué cuando te hacía señas para que bajaras del barco no lo viniste?
¿Hemos vivido juntos durante dos años para llegar a esto? ¿Qué vas a hacer? Si no quieres volver aquí ¿quieres que vaya yo a tu encuentro dónde tú estés?
Sé que yo tengo la culpa. No me olvidarás ¿verdad?
No, tú no puedes olvidarme.
Yo te tengo aquí siempre.
Di, contesta a tu amigo ¿acaso no volveremos a vivir juntos los dos?
Contéstame pronto.
No puedo quedarme aquí por más tiempo.
Escucha únicamente lo que dicte tu corazón.
Dime pronto si tengo que reunirme contigo.


Tuyo, para toda la vida.

Rimbaud

P.d.: Si no puedo volver a verte, me alistaré en el ejército o en la marina.
Regresa; no para de llorar a cada momento, iré, dímelo, ponme un telegrama. Tengo que irme el lunes por la tarde. ¿Dónde irás? ¿Qué quieres hacer?.

En este caso, pese a tratarse de alguna manera de un texto literario, podemos reconocer claramente un emisor y un destinatario desde el punto de vista pragmático[1]. Puesto que Rimbaud es un individuo en particular que escribe una carta concreta a un individuo, y sólo para un individuo, en particular: Verlaine.

Intentaré establecer, descubrir cómo se forman las implicaturas en esta carta; si hay algún tipo de ellas buscaré su origen y lo que en realidad quieren decir los enunciados; y además veremos el tipo de acto ilocutivo que predomina. Al final veremos si los actos ilocutivos dan paso a algún tipo de reacción perlocutiva.

Regresa, regresa, mi querido amigo, mi único amigo, regresa.: Estamos frente a un acto ilocutivo[2] “pedir”. En un primer momento, y dejándonos llevar por lo que sabemos hasta ahora de Rimbaud, podríamos sugerir que se trata de “ordenar”, pero la presencia de las palabras “querido”, “único” y “amigo” nos demuestran el carácter suave y desesperado de la petición. El término “regresa” se repite en tres oportunidades. Podemos suponer lo que esto significa.

Te juro que seré bueno. Rimbaud promete, jura. Pragmáticamente sabemos que para considerar un juramento válido tenemos que estar en un contexto juramental verídico (es decir con un juramentante que juramente en una sesión de juramentación oficial y con un juramentador que le tome el juramento; suena redundante pero es así. Las disculpas están hechas)[3]. Pero no por eso vamos a invalidar la intención de Rimbaud. Él está dispuesto a amar a Verlaine y metaforiza la oficialidad del acto de juramentación para demostrarle el compromiso que está tomando bajo la mirada de un público juramentador que no existe. En otras palabras él se compromete a inventar una situación oficial para verse obligado a cumplir su juramento.

Si me he mostrado desagradable contigo, fue tan sólo una broma; me cegué y me arrepiento de ello más de lo que te puedes imaginar. Definitivamente es un acto de habla informativo/emotivo en el que Rimbaud nos muestra su pesar ante lo que reconoce fue su error. Podemos comenzar a implicar[4] por esto el carácter voluble y débil de Rimbaud. De ser un niñito diabólico y cruel a ser una débil criatura que llora y se arrepiente.

Vuelve, porque cuando regreses todo estará totalmente olvidado. Rimbaud continúa pidiendo pero esta vez el acto ilocutivo obedece a una orden. “Todo estará totalmente olvidado” implica la superioridad sentimental de Rimbaud sobre Verlaine. Rimbaud no considera si todo estará totalmente olvidado para Verlaine y sin embargo obliga a la situación a que se acomode a sus sentimientos.

¡Qué desgracia que hayas tomado en serio esta broma! Nuevamente el Rimbaud superior se impone. Tras haber reconocido su error, gira el asunto para implicar que Verlaine tiene la culpa de todo aquel desbarajuste. Presupongo que Rimbaud no consideraba a los cuchillazos en las manos y demás como una broma a la que no hay que tomar en serio.

No paro de llorar hace dos días. Vuelve. Rimbaud ordena una vez más. Vemos que la orden se relaciona íntimamente con el acto de habla informativo que le antecede; al cual se le podría calificar ilocutivamente de “herir”, él quiere que Verlaine sepa que no deja de llorar por su culpa. Rimbaud ordena, manipula y culpa.

Sé valiente, querido amigo. Esta frase puede ser peyorativa. El hecho de incitar la valentía implica que se carece de la misma. Rimbaud le dice cobarde a Verlaine. Y relaciona esa falta de valentía con el hecho de haberse ido, de no regresar y por ende, de ser causa de la prolongación del sufrimiento mutuo.

Nada está perdido todavía. Sólo tienes que emprender el viaje de vuelta. Rimbaud relaciona el salvamento de la relación al regreso de Verlaine. Vuelve a dejarle las responsabilidades al amado. Culpabiliza.

Viviremos aquí, nuevamente, valientemente, pacientemente. El adverbio refuerza la predicción que Rimbaud hace sobre el futuro de su amorío. Afirma unilateralmente una decisión doble.

Te lo suplico. Además es por tu bien. Rimbaud contextualiza y explicita su intención. Maneja claramente el mensaje que quiere que Verlaine comprenda. Pero el verdadero acto ilocutivo se parece más a culpar o herir que al de suplicar. Esta idea se refuerza por la expresión siguiente.

¿Por qué cuando te hacía señas para que bajaras del barco no lo viniste?
¿Hemos vivido juntos durante dos años para llegar a esto? ¿Qué vas a hacer? Si no quieres volver aquí ¿quieres que vaya yo a tu encuentro dónde tú estés? Predomina en esta parte el acto interrogativo. Rimbaud quiere indagar sobre los sentimientos y sobre las acciones de Verlaine. Nuevamente la presencia de esta intención quisquillosa y malsana de culpar, aunque en este caso de manera más solapada al recaer el peso en la referencia que se hace al convivir y que significa de alguna manera soportar el peso (de la culpa) con la pareja.

Sé que yo tengo la culpa. No me olvidarás ¿verdad? Los conflictos entre las implicaturas y las explicaturas vuelven a mostrarse. Rimbaud viene aceptando en sus locuciones la culpabilidad propia, pero hemos visto hasta el hartazgo que eso no es lo que en realidad quiere decir. En la segunda parte interviene directamente y sin reparos en los sentimientos de Verlaine. Y le asegura que no se olvidará de él.

No, tú no puedes olvidarme. Yo te tengo aquí siempre. Cuánta debilidad espiritual de Verlaine nos muestra este verso. Podemos precisar entonces, y asegurados por los precedentes, que el rol pasivo en la relación fue desenvuelto por Verlaine. Una nueva muestra de cómo Rimbaud manipula a su amado. La segunda oración, pese a todo es romántica y sensible. Aunque no haya respuesta de Verlaine, Rimbaud está resignado a amarlo por siempre.



Di, contesta a tu amigo ¿acaso no volveremos a vivir juntos los dos?
Contéstame pronto. El acto ilocutivo de ordenar se ve suavizado por la palabra “amigo” que ya por el contexto y por los referentes mismos en la carta se nos muestra como el término preferido, el más tierno y el menos escandaloso para llamar al amado. Rimbaud empuja y construye en los sentimientos de Verlaine sin preocuparse de su opinión ni de sus sentimientos.

Escucha únicamente lo que dicte tu corazón. ¿A quién realmente pide Rimbaud que escuche Verlaine? Rimbaud extorsiona a su compañero y lo confunde de una manera sutil y demoníaca. Por lo argumentado me atrevo a decir que Rimbaud realmente se vuelve, se siente (dueño del) el corazón del viejo poeta.

Tuyo, para toda la vida. Rimbaud se entrega en este acto de habla expresivo eternamente. Pese a todo, podemos implicar en esta frase aquel sentimiento de desesperación que le produce la falta del ser “amado”.

P.d.: Si no puedo volver a verte, me alistaré en el ejército o en la marina.
Regresa; no para de llorar a cada momento, iré, dímelo, ponme un telegrama. Tengo que irme el lunes por la tarde. ¿Dónde irás? ¿Qué quieres hacer?. Rimbaud termina la carta con una post data a modo de sinopsis de todo lo que quiso decir durante la misiva. El primer acto ilocutivo que notamos es el de amenazar (aunque es algo poco común por el romanticismo en el uso —la amenaza se ve condicionada con la negación del amor, además del tipo de lenguajes delicado y asertivo[5]— , un buen acto ilocutivo gasta todas las opciones que tiene para lograr su cometido; por estas razones notamos que Rimbaud cuida de su imagen personal, ‘face[6]’ según Brown y Levinson). Seguido está presente el acto ilocutivo de ordenar y uno expresivo que tiene como ilocución manipular. Al final se presentan nuevamente las preguntas como para comprobar/obligar el efecto certero de la carta.

La primera y más saltante característica del texto que podríamos anotar es la prevalecía de actos ilocutivos que buscan que una orden (o pedido según se vea) se realice: la vuelta de Verlaine al lado de Rimbaud. Podemos cuestionarnos sin embargo acerca del real carácter de la carta. ¿Es realmente una carta en la que se ruega?. Considero que se puede tener en cuenta, y muy enserio, el doble discurso que maneja Rimbaud en la mayoría de sus apreciaciones. ¿Qué busca con informarle a Verlaine que sufre todo el tiempo con su partida?. Presupongo que Rimbaud, conciente de la personalidad débil de Verlaine, busca su retorno por medio de la culpabilidad; aunque el mismo intente engañarse, o engañar a Verlaine, aceptando con arrepentimiento el pecado.
Pero como sabemos todo análisis, sea pragmático o no, es subjetivo. Nada aportamos al precisar aquello, pero siempre hay que tenerlo en cuenta; así que no podemos estar seguros de las intenciones de Rimbaud, el único capaz de dilucidarnos la duda sería él mismo.

A su vez la carta nos puede servir para pintar la personalidad de nuestros personajes de mejor manera.
Rimbaud se nos presenta decadente y depresivo; capaz de quebrarse hasta la humillación con tal de conseguir lo que quiere (pues como veremos, la inmadurez con la que después se trata el asunto, sencillamente sorprende); queda de lado esa locura malvada en la que es capaz de acuchillar.
Verlaine queda como un manipulado con el cual Rimbaud juega y juega y del cual es imposible desprenderse. Queda marcado también un contraste entre esa personalidad débil y sin iniciativa con la bestia que arremetía contra su mujer y su hijo bebé; a los cuales torturaba después de embriagarse con Rimbaud.

Para acabar con este asunto y quedarnos más tranquilos veremos si los ambiguos actos ilocutivos de Rimbaud maduraron de manera correcta e hicieron efecto en el receptor.

Cuatro días después de esta carta Verlaine respondió desesperado con un telegrama en el que le pedía a Rimbaud volverse a ver en Bruselas, lugar al que había llegado, para despedirse pues tenía pensado enrolarse en el ejército carlista.
La carta fue entonces persuasiva, y esto sí se puede afirmar categóricamente, la comunicación funcionó de manera correcta y después del arrepentimiento de Verlaine, cosa que buscó Rimbaud, se volvieron a encontrar, cosa que buscó Rimbaud también.
Rimbaud llegó ese mismo día (vaya nivel de perlocución el del telegrama, Verlaine definitivamente sabía también cómo trabajar los actos ilocutivos) pero al encontrarse las cosas volvieron a ser las mismas.
Verlaine decidió no irse y Rimbaud, al haber conseguido la entrega sincera de su compañero, quiso volverlo a dejar.
Irónico ¿no?. Tal vez este tiempo que el hemos dedicado al análisis pragmático de esta carta quisquillosa no haya sido del todo pertinente.
¡Vaya Rimbaud a saber!


Bibliografía:

- MONTERO, ROSA. Pasiones. Editorial Aguilar. Buenos Aires - Argentina, 1999.
- CARRÉ, JEAN-MARIE. Cartas de la Vida Literaria de Arthur Rimbaud. Editorial Poseidón. Buenos Aires – Argentina, 1945.
- BONNEFOY, YVES. Rimbaud por sí Mismo. Monte Avila Editores. Caracas – Venezuela.
- ESCANDELL VIDAL, M. VICTORIA. Introducción a la Pragmática. Editorial Anthropos. Barcelona – España. 1993.
Textos consultados a partir de esta edición.
- AUSTIN, J.L. Cómo Hacer Cosas con Palabras. Paidos. Barcelona – España. 1971.
- BROWN, P. y LEVINSON, S. Politiness. Some Universal in Language Use. Cambrigde. 1987.
- GRICE, H. P. Logic and Conversation. 1975.


[1] Victoria Escandell hace hincapié en conceptualizar los términos básicos de pragmática en dicotomías con los que utiliza la gramática: emisor/hablante y destinatario/receptor (pragmática/gramática). Se relaciona entonces a los términos pragmáticos con situaciones y actantes únicos en un determinado y único contexto. El emisor es un ser determinado que produce un enunciado determinado (modificación del entorno) para un destinatario determinado.
[2] Austin desarrolla la teoría de los actos de habla (unidades mínimas de comunicación) y plantea su tricotomía de acto locutivo/ilocutivo/perlocutivo.
El acto locutivo es cuando se emite el enunciado con un significado. El Ilocutivo tiene que ver con la intención con la que se produce el enunciado (¿Qué queremos efecto queremos producir en el destinatario?) Y el perlocutivo está relacionado más cercanamente con el efecto en el destinatario. Es decir con la realización del acto ilocutivo.
[3] Sobre este punto Austin desarrolla la teoría de los Infortunios. En síntesis podríamos decir que no basta con que los enunciados sean convencionales sino también que tienen que emitirse siempre en las condiciones requeridas. Un fallo a esas condiciones se le conoce como Infortunio.
[4] Voy a utilizar el término “Implicatura” que desarrolló Grice bajo una óptica bastante amplia: Implicatura es todo lo que se transmite en el enunciado pero que es diferente de su contenido proposicional. Todo lo que se puede implicar de un enunciado. En mi análisis las implicaturas tendrán relación estrecha con el contexto.
[5] Entiéndase como “asertivo” a la capacidad de propugnar las ideas, las creencias, las opiniones pero siendo siempre cortés con los demás. Decir lo que uno piensa sin herir o molestar a nadie.
[6] El concepto de face es la noción principal dentro de la teoría de Brown y Levinson (considerada como el mejor y más novedoso desarrollo de la Teoría de la cortesía). Escandell define de la siguiente manera el concepto de Brown y Levinson: Cada individuo tiene y reclama para sí una cierta imagen pública que quiere conservar. (…) De la necesidad de salavaguardarla se derivan todas las estrategias de cortesía. (…) es el modo en el que se determinan los comportamientos sociales.

***PERRO CALATO ACADÉMICO!

Perro Calato surge como agregado cultural de Dragostea con la finalidad de proporcionar algo menos ficcional al mundo.
Este blog, Perro Calato Académico, tiene como objetivo que los trabajos de los alumnos de la facultad de Literatura de la Universidad Nacional de San Agustín-Arequipa, Perú; sean considerados como textos de consulta al rededor del mundo entero (¡sí!), para así conseguir un mayor status como universidad y para que la gente sepa que aquí se hacen cosas bien chéveres y alucinantes; además considero importante que otros alumnos de otras universidades puedan estar en contacto con los trabajos de sus similares.
La idea, como lo dije, es resaltar el nombre de nuestra universidad, de nuestra facultad, así que rogaría a las personas que utilicen estos trabajos que, por una cuestión de conciencia y moral, citen la fuente, digan que nuestros trabajos salen de un enorme campus en la Av. Independencia, en la ciudad recontra blanca de Arequipa.
Para la consulta de los trabajos se decidió colocar palabras claves (que irán en mayúsculas y entre paréntesis al final del título del trabajo), referentes a los temas que se tocan. Todos los trabajos son verídicos, contienen el nombre del alumno, el nombre del profesor y el curso para el cual fueron hechos.


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