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viernes, 23 de noviembre de 2007

***Qué deseo para ti, dulce pesimista. Eminescu y el romanticismo—(ROMANTICISMO).

Alumno: Jorge Alejandro Vargas Prado.
Curso: Literatura Europea I, profesor: Goyo Torres Santillana, cuarto año de Literatura. UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN AGUSTÍN-AREQUIPA, PERÚ.
Año: 2007


Y si las nubes se borran
para que brille la luna,
es para que yo me acuerde
constantemente de ti.
Mihai Eminescu.

Yo vengo del país del verano,
una patria frágil
a la que una hoja, al caer,
podría extinguirla,
donde el cielo está tan cargado de estrellas
que se inclina, a veces, hasta el suelo
y si te acercas oyes como la hierba
hace cosquillas a las estrellas que ríen,
y hay tantas flores
que te duelen los ojos…
Ana Blandiana



Romanticisismo.
A su mente han acudido innumerables imágenes relacionadas al término que antecede.

Es increíble la masificación que ha sufrido toda una ideología a raíz del uso de una simple palabra pero, cada vez que nos referimos a algo “romántico” ¿cuenta nuestro fenómeno cognitivo en los cabales históricos y de la verdad?
Con este trabajo pienso exponer de manera sencilla, entretenida y romántica lo que en verdad significa, el concepto justo para la gente especializada, el romanticisismo a través de la vida del más conocido poeta rumano Mihai Eminescu.

Quizás el futuro y la voluntad, término schopenhauriano que luego veremos con más detenimiento, en la vida de Mihai Eminescu[1] hayan sido indeleblemente escritas por Iosif Vulcan, director de la revista Familia —y en la cual publicó uno de sus primeros poemas: De-aş avea— quien fue el principal promotor del cambio de nombre de nuestro autor. En busca de una real afirmación de la nueva identidad nacional se cambió el sufijo eslavo –ici de Eminovici (se pronuncia Eminovich) por Eminescu una forma mucho más fuerte y rumana; y es que hacía solamente cinco años, en 1861, que Moldavia y Valaquia se unían para formar el principado autónomo de Rumanía.
Por ello quizás que Eminescu con sólo dieciséis años viaja a través de las regiones de su país con más habitantes rumanos con la intensión clara de conocer a profundidad y por mérito propio sus variantes culturales, dialectales además de sus problemas y este es un rasgo fundamentalmente romántico.
El romanticismo —movimiento que surge entre Alemania e Inglaterra en el siglo XIX en reacción a las formas estereotipadas, rígidas y disciplinadas del Neoclacisimo— es eminentemente nacionalista y patriótico por el humor cargado que había dejado Napoleón en toda Europa al extender una cultura francesa de carácter clásico y universalista, que atentaba en contra de todo individualismo y libertad.
Existen otros acontecimientos que refuerzan nuestra historia por ejemplo, Eminescu formó parte de diversos círculos de jóvenes en común búsqueda de objetivos: luego de ingresar a la universidad de Viena como alumno libre forma “Romania Juna” o Rumanía Joven —no olvidemos acá el concepto de juventud que perseguirá Eminescu, los héroes de las novelas de los jóvenes románticos eran jóvenes, todos morían jóvenes. Juventud y romanticismo son casi un sinónimo—. Propone luego una teoría para el desarrollo económico del “nuevo estado” rumano, tomando en cuenta la identidad cultural. Así mismo funda el círculo literario “Orientul” o El oriente, destinado a recopilar por toda Rumanía cuentos, poesías populares y documentos literarios e históricos. Más adelante, ya más asentado en su país, será parte de “Juminea” o Juventud creando la revista “Convorbiri literare” o Conversaciones literarias donde tendrá una profusa participación poética. Participó activamente en la redacción del diario oficial del Partido Conservador “Timpul” o El tiempo donde se le conocerá como estupendo periodista.
Por todo ello Eminescu es considerado como el símbolo principal de la poesía rumana, pues es el escritor rumano más conocido y traducido en el mundo entero, pese a que el tema constante —al menos en la primera parte de su obra— haya tenido una preocupación netamente nacional y nunca haya dejado de utilizar la lengua rumana logró trasgredir las fronteras de un idioma que no se suele considerar a la altura de otros en Europa. Además se piensa en su obra como síntesis de las principales culturas del territorio rumano: Tracia, Dacia y Latina, no sólo por su ferviente amor a la patria sino por el esfuerzo teórico con el que consigue una síntesis equilibrada y hermosa de los dialectos de su país; como dice Nicolae Iorga “es el creador del idioma rumano moderno”.
Se considera que son justamente estos, sus primeros poemas, los mejores por ese espíritu fresco y lleno de ansias por un futuro mejor y hermoso para su patria; entre ellos destacan: “A la tumba de Aron Pumnul” “A Bucovina”, donde se muestra pasajes románticos de su país, así como el carácter fuerte de su pueblo.
Por ejemplo, en el caso concreto de “Qué deseo para ti, dulce Rumanía” se observa un lenguaje rudo y violento, de guerra, con el que se quiere demostrar la fortaleza de la gente rumana y la sólida visión de futuro que se propone tomar; además la intención de autorreconocimiento tiene las bases en el conocimiento que primero el mundo debe tener de ellos para luego poder ellos mismos reconocerse como el nuevo pueblo rumano.

Otra característica cardinal en el romanticismo es la importancia de la naturaleza.
Eminescu es un amante de la naturaleza. Naturaleza e infancia están en él y en su obra íntimamente ligados[2] pues siempre se recurre a la imagen del bosque que circundaba su aldea natal, en Eminescu se entiende a la naturaleza, al campo como un refugio de amores y se propone la imagen del propio campesino como un paradigma de virtud; por ejemplo en el poema “Revedere” o Reencuentro, Eminescu conflictúa dialécticamente a dos realidades: la aparente eternidad y enormidad de la naturaleza frente a la triste errancia de la vida de un hombre efímero.
Se empalma aquí el escepticismo con respecto a la humanidad, Eminescu está convencido de que jamás el pequeño y momentáneo hombre será capaz de dominar a la gigantesca y poderosa naturaleza[3], una imagen cómica que nos invita a pensar en el siguiente estadio de las reflexiones de Eminescu: su acercamiento a Schopenhauer.

Eminescu lo descubre justamente en su paso por Alemania sobre una gran base de literatura occidental y algo de oriental asimilada en Viena.
Este último período de Eminescu resulta ser el más productivo, en la poesía de estos nuevos tiempos podemos recorrer unos caminos llenos de preocupaciones filosóficas que desembocan en las dificultades inherentes a la condición humana, todo esto ligado al concepto de “voluntad” como presencia perenne de un deseo nunca satisfecho lo que lleva al hombre a un incesante juego entre el dolor y el aburrimiento, cuya única solución se encuentra en la degradación inteligente que hace el cerebro hasta la negación conciente de las ganas de vivir. El poema La esperanza, pese a ser escrito aún antes de que Eminescu sea influenciado por Schopenhauer, nos dibuja muy claramente este panorama.
Eminescu siente una terrible identificación y simpatía por las víctimas de la opresión pero también siente una creciente desilusión sobre su incapacidad de superar su propia condición de oprimidos sociales y políticos.
Acá es interesante que hagamos una pausa: otra característica importantísima del romanticismo es el constante desencanto con el que se enfrentan los románticos pues al buscar ellos objetivos en extremo idealistas se enfrentan a lo asquerosamente materialista de la sociedad —tensión post-romántica entre lo real e ideal muy característica en Eminescu— por ello solían evadir la realidad mediante la evasión del tiempo y es por ello justamente su veneración al pasado.
No es raro entonces que los sentimientos de tristeza, de soledad, de sombra, que los lugares lúgubres predominen en ellos, esto coincide perfectamente con el hecho de que la mayoría de románticos morían jóvenes y el suicidio no era un camino particularmente extraño.
Otra de las ideas de Schopenhauer que Eminescu toma en repetidas veces es la del “genio”, concepto relacionado con lo solitario (idea romántica de superioridad) que en el caso del gran canto “Hyperion” se muestra como un espectro que busca el amor en tierras mundanas y ya no como un hombre.
Ahora, esta influencia no se ve del todo aceptada; Eminescu logra darle un giro al asunto demostrando gran originalidad; el escepticismo nunca es completo en él.
El amor que le tiene al prójimo, como muestra irrefutable de superioridad intelectual, no tiene límites todo esto debido al amor inmenso a su patria como conjunto de personas que admira.

Entre 1869-1874, es decir cuando tenía entre diecinueve y veinticuatro años ocurrió la etapa más bohemia —debemos relacionar este concepto también con romanticismo desde dos puntos: uno, como ruptura de las reglas y de las imposiciones, como búsqueda auténtica de la libertad y dos: como método de autodestrucción vinculado con el concepto de pesimismo para con la realidad, esta también era una causa constante de muerte, la intensidad con que se vivía— de su vida, llena de amoríos pero marcada principalmente por Verónica Micle quien inspirará gran parte de sus poesías amorosas y cuyo amor nunca se concretizó viviendo juntos pese a que ella correspondía el romance. Un poema que nos puede ayudar a entender esta parte podría ser “Tan fresca”, la imagen completamente idealizada de la mujer aparece aquí, comienza el poema listando una serie de metáforas bastante relacionadas con el concepto romántico de mujer: bella como en un sueño, la muchacha se muestra como un ángel, como una flor, ligerísima aunque de mármol; pero aquí hay un detenimiento trágico: su sonrisa. El yo poético se da cuenta de que sin mediar causa aparente la mujer tiene que partir y él se culpa por tan sólo verla. La imagen de la mujer entonces queda desecha, Eminescu ama a la mujer pero Schopenhauer ya le había dirigido en los caminos de la mujer como símbolo.

Existen dos versiones del decaimiento de su salud: la primera es que se volvió algo loco a causa de la sífilis y que fue tratado con inyecciones de mercurio y la otra opina que fue víctima de una conspiración política de todos los denunciados en su periódico y de los detractores de su función para liberar a Transilvania de la ocupación astro-húngara para así unir a todos los rumanos en un solo estado[4].
Supongo que debemos ser nosotros quienes decidamos como queremos ver muerto a nuestro héroe romántico.

Pues bien como conclusión mediante la vida y obra de Eminescu se muestran las principales características del romanticismo:
El nacionalismo o patriotismo exacerbado que lo llevó a formar diversos círculos para la búsqueda de una verdadera identidad nacional que no sólo refleje aquel sentir actual del pueblo rumano sino que también englobe de manera justa y hermosa todas las variantes culturales y dialectales de los diversos pueblos de la joven Rumanía, la aceptación e identificación fueron masivas.
La importancia de la naturaleza por medio de imágenes exóticas y gigantescas en Eminescu también son vitales en su obra; como hemos dicho los conceptos naturales en nuestro autor están ligadas a la infancia y a la vez en el tema que engloba su trabajo: la patria pues se relacionan por el recuerdo del bosque que circundaba su pueblo natal; además de servir de contenedor de las penas y punto de partida para el pesimismo con el ser humano.
El pesimismo y la obsesión con la muerte, debido a la influencia que recibe de Schopenhauer, son una constante en la segunda etapa de su obra pues debido a la eterna insatisfacción del ser humano no queda otra escapatoria que la muerte. Este sentimiento —el de tristeza, ansiedad, desespero— se concibe como una de las más importantes características del romanticismo, los románticos se sentían completamente frustrados con la realidad y huían muchas veces mediante la bohemia, como es su caso, para conocer otro tipo de realidad con ayuda de sustancias espirituosas y así perseguir otro de sus grandes objetivos: la libertad de las formas preconcebidas.

A todos nos gusta sentirnos románticos algunas veces.
Lo recuerdo cuando me embriago en el by-pass y atardece, cuando miles de autos pasan bajo mis pies y luego la luna cae.
Soy romántico como Eminescu cuando lucho desesperadamente por mi país, cuando lo amo con desenfreno y locura, cuando me corto para ver lo hermosa que es mi sangre.
Esta noche, levantemos nuestros ojos a la luna y recordemos a Eminescu cuando decía:
Mira... a la luna, relumbran su rostro y rubios cabellos, mientras en sus ojos claros se juntan todos los cuentos.


Textos de consulta:

-http://www.estcomp.ro/eminescu/
-http://www.ua.es/es/novedades/comunicados/2000/visitaministrorumania/mihaieminescu.htm
-Enciclopedia Microsoft Encarta 2001. 1993-2000 Microsoft Corporation.
-Celinda Fournier y José González – Clásicos de la Literatura Universal (pp. 20-21)
-http://www.preferate.ro/referat-Romana-Mihai-Eminescu-si-Schopenhauer-23-6843.html
-http://es.wikipedia.org/wiki/Romanticismo
-http://es.wikipedia.org/wiki/Eminescu
-http://es.wikipedia.org/wiki/Schopenhauer
-http://www.e-scoala.ro/referate/romana_eminescu_poet.html
-http://www.enotes.com/nineteenth-century-criticism/eminescu-mihai-http://es.wikisource.org/wiki/Que_deseo_para_ti,_dulce_Rumanía
[1] Nace el 15 de enero de 1850 en Ipoteşti, Botosani; Moldavia. Su vida literaria comienza a los 16 años con la publicación de su poema La mormântul lui Aron Pumnul (A la tumba de Aron Pumnul) en Lăcrămioarele invăţăceilor gimnaziaşti (Lágrimas de los estudiantes del Instituto)


[2] Podríamos detenernos aquí para explicar mejor esta parte en “De los cuentos de Hadas” típico poema romántico, en primer lugar por el inquietante protagonismo de una niñita solitaria (la imagen del genio) ante la inmensidad y pureza de lo natural representado por un escenario tanto mágico como sombrío y tétrico donde sombras y telarañas enmarcan a un lago encantado. El ambiente es definitivamente oscuro y se refuerza por las imágenes de noche y sombra aunque, como es típico en Eminescu, la luz rompe entre las nubes y derrama pétalos.

[3] “Y si” es una pequeña joya literaria, en sus tres estrofas de cuatro versos se mezclan de manera emocionada y hermosa la simplicidad y la potencia de la palabra, nos damos cuenta de que no sólo la naturaleza se liga con la visión de infancia sino que también actúa como ente de recepción del (des)amor. Dentro de la naturaleza se guardan los odios, los anhelos, las penas y el amor, en esta poesía actúa como intermediaria de dos amantes que no se pueden ver. El yo poético intenta calmar el sufrimiento guardándolo en lo más interno pero también abre su pecho y comparte el dolor con la naturaleza como un contenedor mucho más grande, sabemos que el hombre y la naturaleza no pueden compararse pero en el poema vemos un intento de reconocimiento con la naturaleza que ayuda.

[4] Eminescu muere al fin el 15 de junio de 1889 a manos de otro paciente del sanatorio mental. Sólo tenía treinta y nueve años, edad joven que es el máximo y más claro indicio de que el destino hizo de él un real romántico.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, es la primera vez que sé que los nuevos talentos jóvenes se ocupan de comentar la literatura rumana. Hay un poeta joven interesante, se llama Constantin Virgil Banescu, a lo mejor ya habrás leído algo de él. En cualquier caso, te paso el dato.

Felicitaciones, he visto tus blogs y tienen categoría.

Un abrazo,

Julio Armando